UN MIÉRCOLES




 A mi ya no me duele nada

 que el mundo me diga. 

Tuve tanta disciplina que me lavaba la cara cuando el gallo cantaba. 

Veo que el tiempo no ha mudado 

 su carencia  a los hombres 

y, yo , he cambiado tanto 

que me veo como una extraña 

que no sabe mentirle a las fieras. 

Es ridículo  como termina enero.

Entonces, puñales en la nuca 

de los que me rio.

La tierra hace tiempo que me espera

mientras bailo y pisoteo

el ruido que no dice nada.

Jamás me voy vencida 

y hacen bien en temer

la noche que por mi boca,

ya habría nacido antes , en la de todos.

- Mari Ángeles Castillo - 

@Derechos Reservados 

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